Uno de los factores que intervienen es el estrés oxidativo,
al cual las células acinares se adaptan puesto que las mismas tienen cierto
grado de sensibilidad por las mutaciones involucradas; dicha adaptación puede
implicar el estado de diferenciación y la reprogramación epigenética de las
mismas. Cabe destacar que el alcohol puede ser un factor que contribuye al
estrés oxidativo por el agotamiento de “carroñeros” como el selenio, vitaminas
E y C a más de la riboflavina; dicho agotamiento va a estar involucrado en la
inducción y/o propagación del daño, a más de la acumulación de lípidos que
dañan la célula acinosa como resultado de la acción de sus metabolitos tóxicos.
Curiosamente, la reprogramación epigenética del genoma de la
célula acinar puede preceder, y en realidad acentuar la lesión asociada a la
pancreatitis. Según estudios realizados esta incide en la activación de genes
que promueven, en lugar de impedir la lesión.
Bibliografía:
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